¡Cuántos besos me he perdido por no decir "quédate" en el momento justo!
Cuando las despedidas se alargan más de la cuenta porque estás intentando sacar valor de algún lado, y decir lo que quieres decir, o hacer lo que te está hirviendo por dentro ,te sientes realmente estúpido. He llegado a despedirme con cuatro besos (separados cada par por tres segundos de silencio) y con un intento de abrazo frustado que se ha quedado en solo intento versus sacudida espasmódica. En fin, c'est la vie.
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