domingo, 26 de diciembre de 2010

Lo que dejaste sigue ahí

Debes empezar a preocuparte cuando te quedas con su olor, pero no el de la colonia que usa, sino el cálido aroma que desprende su cuerpo.

Y te desvistes y te huele a él, tu cuarto, tu ropa y tú oléis a él... Si no fuera una cobarde tendría los cojones de salir a por todas, a por lo que quiero. ¿Quién sabe? Quizás es lo mejor que me va a pasar en la vida.

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