domingo, 26 de diciembre de 2010

Lo que dejaste sigue ahí

Debes empezar a preocuparte cuando te quedas con su olor, pero no el de la colonia que usa, sino el cálido aroma que desprende su cuerpo.

Y te desvistes y te huele a él, tu cuarto, tu ropa y tú oléis a él... Si no fuera una cobarde tendría los cojones de salir a por todas, a por lo que quiero. ¿Quién sabe? Quizás es lo mejor que me va a pasar en la vida.

lunes, 6 de diciembre de 2010

El dinero para el que esté sólo


















¿Qué más da el dinero?
Total...no he sido más féliz por tenerlo. Ni he reído con la boca más abierta por poder comprarme 2 vestidos más. Sé que tengo lo que necesito, unos amigos como unos soles, que alumbran más que todas las monedas del mundo juntas.


El dinero para el que esté sólo en el mundo.

viernes, 26 de noviembre de 2010

¿Equivocados?

He pensado mucho en lo nuestro, y he llegado a la conclusión de que hemos estado siempre equivocados. Nos pensábamos que era el destino lo que sólo fué un cúmulo de casualidades. Parece que te has dado tu antes cuenta que yo, por cierto.

Ahora sólo queda borrar las huellas, deshacer todo lo hecho, olvidar los secretos y desarropar los abrazos. Cuando esté todo eso listo, ya estaré preparada para afrontar un nuevo fracaso. Como viene siendo costumbre.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Sólo es cuestión de tiempo

Sé que todo va a acabar mal. Sé que cuando menos me lo espere voy a tener que empezar a recomponerme de nuevo. Sé que tendré que borrar todas las huellas que has ido dejando por toda la casa. Abriré las ventanas para que se vaya tu olor de la colcha y de la habitación. Pero no puedo arrancar de las paredes tu fragancia, ni evitar que cuando esté pasando por la calle me llegue una ráfaga de tu colonia y sea como una bofetada.

Parece que me cruzo con tantos "tús" que me llegaría a marear. Sé que en algún momento dejarás de llamarme, y que yo seguiré esperando a que lo hagas. Sé que me dolerá tanto que sólo con pensarlo ya siento que te has marchado. Sé que tiendo a obsesionarme un poco por todo lo que me importa demasiado. Y tú me importas demasiado. Sé que todas las noches volveré a verte, todo lo que no te voy a ver por las mañanas.

Que tendré que repartir los besos que no te daré entre la gente que quiera recibirlos, que tendré que beber tanto para no sentir esta presión en el pecho, que harán paté con mi hígado en un momento dado. No importa.

Sé que cada vez que aparezca una foto tuya voy a acabar llorando como una imbécil por no decirte todo lo que pienso en ese momento. No quiero arriesgarme a que me sueltes la mano. Pero sé que lo vas a hacer, es sólo cuestión de tiempo.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Creo que el día puede ser hoy

Cuando una puerta se cierra, otra se abre. Nunca lo había tenido tan claro hasta ese momento en que pegaste el portazo. Estoy recogiendo toda la ilusión que hace tiempo sembré en forma de pequeñas decepciones. La gente cambia, es cierto, pero a peor. Hoy me he dado cuenta de que nunca he estado más tranquila conmigo misma que en este preciso instante. Siento que me rodea una paz que pensaba que siempre estaría quebraba por los reproches que salían del dormitorio principal. El que fué tan mío como tuyo, y que ahora no es de nadie.

Tengo ganas de tener ganas, de rescatar la chispa de inocencia que me iluminaba los ojos cuando me contabas tus historias, pero quiero empezar otras nuevas y cerrar este capítulo que ya está tan malgastado por el tiempo.

Supongo que me siento bien, supongo que escribiendo esto lo saco de dentro y lo expulso hacia el exterior sin saber muy bien a dónde o a quién le llegará. Pero me siento bien. Me siento en paz.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Pero...¿Y si no?

Creo que voy a equivocarme, pero quiero intententarlo. Creo que puede que me arrepienta, pero si no lo hago, nunca sabré si pudo ser. Es como ese error que sabes que vas a cometer, pero que tienes que cometerlo de todas maneras.

Me asomaré al borde del precipicio, entornaré los ojos hasta alinearlos con el horizonte, y seguramente me arroje, sin paracaídas, aún sabiendo que me puedo estrellar. Es más, casi sé a ciencia cierta que acabaré con mis huesos en el suelo. Pero...¿Y si no?

Dame una ilusión, por pequeña que sea, una minúscula esperanza de que puede salir todo esto bien, y lo intentaré.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

La primera vez que me pasa con una canción

Después de una charla nocturna bastante melancólica con un amigo y de escuchar un tema de Quique González que no conocía y me dejó bastante echa polvo, "Reloj de Plata", me puse a escribir una canción. Y ahí la tengo, esperando ser arreglada y enseñada a alguien. La primera vez que uní la letra y la melodía y la empecé a tocar con la guitarra bajito, casi susurrando para no molestar porque eran las tantas de la mañana, acabé luchando por terminar de cantarla y que no se me saltaran las lágrimas.

Y pensé: "Ahora sí", he conseguido decir las cosas como quiero decirlas, sin miedo y sin verguenzas, he usado las palabras que quería usar y cada vez que la toco me cuesta bastante no emocionarme. Supongo que es algo que tenía dentro y que quería salir.

Dejo por aquí la letra...quién sabe, igual pronto la grabe y la deje por aquí para que la escuchéis...

El frío polar se abalanzó sobre mi piel sin tu calor,
La vida quebró cristales en mí. Desapareció tu voz y mi voz.

Cambiaste de pronto de corazón,
Cortaste el hilo que nos sujetó. A los dos.

La niebla ocultó la estella Polar, el negro cubrió la luz de los dos
Huíste del tren en la estación, estuve esperando hasta que se puso el sol.



lunes, 5 de julio de 2010

Canciones sin alma

Me pone histérica intentar ponerme a escribir y que no me salga nada. Ver esa línea vertical tintineando en la caja de texto del blog esperando a que pulse la primera tecla, parece que me está diciendo, -Venga coño, escribe ya o acuéstate. Y nunca me acuesto, porque cuando quiero escribir algo para desahogarme, o porque puede que alguien lo lea y le guste, e incluso me deje algún comentario, siempre acabo narrando cosas, situaciones, pinceladas de momentos que son tristes, joder, son tristísimos. ¿Por qué es mucho más fácil sacar todo esa angustia que tenemos y plasmarla en un papel? En cambio...los momentos felices, parece que nos dan menos pie a escribir, y es una pena.

Sostengo la teoría de que esto se debe a que cuando somos felices, cuando nos brillan los ojos, tenemos tres millones de cosas mejor que hacer que ponernos a escribir cosas en un papel, con algún sentido o sin él. Entonces cuando llevo un tiempo sin pasar por este rinconcito me alegro de alguna manera. Hace mucho que no escribo ninguna canción, no sé si se debe a que soy demasiado exigente conmigo misma y nunca me terminan de llenar mis composiciones o es que como no quiero hablar de mí en ellas, las siento totalmente despersonalizadas. Como si fueran canciones sin alma. Pero es que hay cosas que aún siguen doliendo tanto, que son tan personales que por nada del mundo sería capaz de enseñárselas a alguien.

domingo, 4 de julio de 2010

La estupidez humana, que no tiene límites

Como cuando llegas a casa esas noches, moderadamente triste. Juraste no volver a hablarle en tu vida e incluso maldeciste a todo su género de vuelta a casa, pagándolo con aquel chiquillo que la verdad es que nada tenía que ver, bueno sí, el también tenía pene. Era suficiente, odiaste a todos y a cada uno de los de su sexo.

Y de pronto vuelve a proponerte un plan, uno detrás de otro. Que quiere verte dice, que se va y que te echará mucho de menos, que si te das prisa incluso llegarás temprano a casa. Y ahí te ves a ti misma, dándote con los pies en el culo para secarte el pelo, vestirte, y maquillarte a la vez y en 10 minutos, no vaya a ser que te tenga que esperar. ¿Cómo de estúpida se puede llegar a ser? ¿La estupidez tiene límites?

Te quieres dar cuenta y estás tumbada en el cesped a su lado en silencio, y los dos estáis mirando a la misma estrella, y es en ese momento cuando piensas, joder... no sé qué mierda hago yo aquí. Porque sabes que cuando él vuelva a casa no será a tí a la que diga "buonanotte", o al menos no será a tí la primera. Porque sabes también que cuando está triste no es porque te esté echando a tí de menos, sin embargo siempre es tu número el primero que marca cuando no debería hacerlo.

Y si esta noche volviera a llamarte, se lo volverías a coger, quizás esperarías un par de tonos y pondrías un poco de voz de ocupada, como si tuvieras 4 cosas mejor que hacer que irte con el a mirar la lluvia de estrellas.

lunes, 31 de mayo de 2010

Tengo una canción

Esta tarde he agarrado la guitarra, y me ha estallado de pronto una melodía que no sé bien de dónde ha salido. Me sentía bien tocándola, era cálida, se repetía lo suficiente para que se me quedara grabada toda la noche en la cabeza y lo que más me gustaba era que no parecía a primera vista que se fuera a convertir en una tragedia romana de canción.

Igual la titulo como esperanza, después de todo, eso es lo último que se pierde siempre. Pero una vez que la has perdido, ¿qué es aquello que te queda? nada. Vivir sin esperanza creo que es lo peor que le puede pasar a una persona. Tener una vela encendida que te aporte un poco de luz vital, y que se te apague y te deje completamente a oscuras...debe ser aterrador. A oscuras todo se aprecia de la misma forma, negro y sin color. Una vida sin ese color es como un cuadro despintado, o una promesa mal hecha.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Esto es pura ficción

No tengo nada. No poseo nada. Ni si quiera soy consciente de las letras que estoy escribiendo. Ni si quiera me pertenecen. No sería capaz de expresar mediante palabras el dolor que me oprime el pecho, ni los esfuerzos que estoy haciendo por no dejar escapar ni una lágrima. Eso nunca. Todo lo que me rodea está podrido y huele a fracaso y a soledad. Seguro que nunca habéis olido la soledad, yo siempre llevo ese olor conmigo, pegado a la espalda, y me hace caminar más lento a cada paso. ¿Por qué me iba a querer apresurar? Si no tengo nada que alcanzar, ninguna meta que me satisfaga ni mínimamente.

Paso los días arrastrándome para que llegue el fin de semana y pueda escaparme un poco de esta mierda que me rodea por todos lados. Pero ni si quiera eso puedo, juro que hace años que no veo en mi mano algo más grande que un billete de 5 euros que me gasto todos los días en ir y volver en tren. El tren que llevo cogiendo desde hace 3 años y que me lleva al mismo sitio. Sólo que ahora lo cojo yo sola. Tengo 1 preciosa hora todos los días para pensar en ese puto tren sobre las cosas que prefiero obviar. Y me siento más miserable aún. ¿Qué hago yo aquí? ¿Por qué mi vida se basa en echarme una carrera para no perderlo?

Encima mi familia ni si quiera está bien. Y no dejan de recordarme diariamente los esfuerzos que tienen que hacer para que yo me tome una puta cerveza los viernes con los amigos. Prefiero morirme a que me paguéis alguna mierda más. Mi vida es un caos. Mi horario de no-sueño es otro caos. Se me junta la noche con el día y yo con los ojos como platos dándole vueltas a la cabeza. Preguntándome si quizás tu pienses algo en mí, aunque sea solo la tercera parte de lo que ocupas tú mi mente. Sabes...esta tarde volví a acordarme de tí, y de lo que me hubiera gustado que me abrazaras justo en el momento antes de derrumbarme. Y que no me hablaras, sólo saber que estás aquí, conmigo, que sabes lo que estoy pasando y que al menos nunca me faltarán tus manos para recogerme del suelo cuando me vuelva a estrellar. No pido que me quieras, a nadie se le puede pedir eso, sólo que…aparezcas, y que me aportes un poco de luz y se vayan las sombras de mi vida, de una vez por todas.

lunes, 3 de mayo de 2010

Mi primer gran fracaso


Si te caes, levántate, vuelve a intentarlo, aunque fracases vuelve a hacerlo, fracasa mejor. Sólo cuando ponemos verdadero empeño en las cosas que anhelamos las conseguimos. Siempre lo he pensado. Si pones todo tu corazón y tus ganas seguro que más tarde o más temprano lo conseguirás.

Hace poco me ví envuelta en el mayor fracaso de mí vida hasta el momento. En el último instante lo tiré todo por la borda. Cuando sólo me quedaba un último sprint final. Llevaba muchas semanas obcecada con conseguirlo, sólo por orgullo, sólo por no decepcionar a todas las personas que estaban detrás de mi proyecto. El premio me importaba una mierda, es la verdad. Sólo quería ganar porque nunca he sabido perder en nada. No contemplo el fracaso y quizás peque de soberbia. Tenía que conseguirlo, sabía que lo conseguiría...Pero no fué así.

El primer gran revés que me cruza la cara. Y de todo se aprende. Y de esto aprenderé más que de ninguna otra cosa. Ahora sé que no sólo tienes que tener las cosas claras y currártelo, también influye la suerte.

martes, 20 de abril de 2010

Al lado del pulmón derecho

Tengo un vacío al lado del pulmón derecho. Creo que antes ponía un nombre, y ahora en cambio dice "se alquila". Cuanto más vacío lo siento, más me pesa en el alma, maldita contradicción. También tengo otro vacío, más grande casi que el de al lado del pulmón, y es en mi cama. Siempre hay uno de los lados congelado sin que nadie lo caliente con su cuerpo. Y si extiendo la mano, vuelvo a tocar vacío.

Una cama para dos personas tiene que ser lo suficientemente grande para que quepa todo el odio en medio. Mi casa siempre fué demasiada pequeña, tu soñabas con chalets enormes con vistas a la playa y a un jardín, y un día te fuiste. Por donde habías venido.
Ahora veo pasar las tardes grises a través del alféizar de mi ventana en una primera planta sin luz, y sin vistas.

Y las gotas de lluvia que resbalan por el cristal, me recuerdan que sigo viva, que estoy respirando, y que nadie va a coger las riendas de mi vida por mí. Me sigue doliendo el vacío.

martes, 6 de abril de 2010

Cosas que pasan

¡Cuántos besos me he perdido por no decir "quédate" en el momento justo!
Cuando las despedidas se alargan más de la cuenta porque estás intentando sacar valor de algún lado, y decir lo que quieres decir, o hacer lo que te está hirviendo por dentro ,te sientes realmente estúpido. He llegado a despedirme con cuatro besos (separados cada par por tres segundos de silencio) y con un intento de abrazo frustado que se ha quedado en solo intento versus sacudida espasmódica. En fin, c'est la vie.

martes, 23 de marzo de 2010

Cuando pierdes la ilusión


Hace tiempo que cuando te miro a los ojos, tus pupilas me devuelven una espesa amargura en donde antes estaban el par de ojos más profundos en los que me ví reflejada jamás. Quizás perdiste la ilusión por el camino, o igual es que te la robaron. Vivir sin ilusión es casi peor que subir una larga escalera sabiendo que no hay nadie al final esperándote. Vivir sin ilusión es dejarte arrastrar por el vaivén incesante de la gente en las calles y llegar a tu casa abrir la puerta y que estén las luces apagadas.

De nada vale el esfuerzo de estar a una hora en un restaurante si has reservado mesa y el cámarero te dice: -¿Esperará a su acompañante? -No, comeré solo. ¿Es que sólo yo sé ver la tristeza que transmites? Tampoco me dejas que cruze el muro de tu pecho e intente hacerte feliz. Ni me permites que te coja fuerte la mano cuando llegues a tu casa y te sientas solo. Estás demasiado ocupado en tu vida de luces y carreras como para permitirme dedicarte unos segundos de mi tiempo. Quiero verte con ilusión. Que nunca más la pierdas detrás de las barras de los bares.

domingo, 21 de marzo de 2010

Traslúcido

Me despierto sudando por las mañanas. Me pongo de pié como cada día sin saber muy bien el porqué, por inercia. Y comienzo a hacer todo metódicamente, sin preocuparme demasiado en pensar por qué las hago de esta manera y no de otra. Cuando me descuido un poco me acuerdo de tí, y me da una sacudida el estómago. Intento templarme y continúo con lo que estaba haciendo. ¿Cómo poder explicar algo a alguien que nunca está? que nunca estará y que nunca estuvo de todas maneras. Intentar olvidarte de algo es recordarlo con más fuerza aún. Intentar poner buena cara cuando te preguntan que si te encuentras bien es una putada.

 Recorro el camino que hago todo los días persiguiendo sombras que me siguen evocando a tí en cada paso que doy. Encima parece que cuando más solo estás es cuando más gente tienes a tu alrededor que pasa y no te ve.  Eres traslúcido para el mundo, la luz te traspasa igual que traspasa al agua. A veces eres más o menos feliz por algunos momentos y de pronto vuelves a descuidarte y otro golpe en el estómago.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Podríamos vivir siendo música

Podríamos vivir para siempre si nos pudiéramos fundir en una canción. Pasarían los años y las generaciones venideras nos regalarían sus oidos, y reviviríamos en cada nota. Por siempre. 
Podríamos ser incluso melodía, incluso acorde, juntos haríamos estrofas, las más bellas. Y por siempre estaríamos en la memoria de la gente. Pero solo tengo esta vida para vivirla contigo, deja que la llene de tí. De música....

miércoles, 3 de marzo de 2010

Sigo perdiendo trenes

Por mucho que intento meterme dentro de tu cabeza, no lo consigo. Siempre acabo persiguiéndote desde cuarenta kilómetros de distancia. Hablo sin parar porque el silencio es lo más aterrador que existe en este planeta. Que si no somos dos, ni tampoco somos uno, me quedo completamente fuera de juego.

Y yo que llegué a pensar que eras tan distinto a los demás, menos normal, más especial... Y me doy cuenta de que todo fue una casualidad, que nos puso en el mismo sitio a la misma hora y se entretuvo jugando un poco con los dos a su antojo.

Y que cuando ríes, me dan ganas de gritarte todo lo que estoy pensando, pero nunca me atrevo, y donde había un comienzo ahora tal vez pondrá ¿fin? Dedico mi tiempo a esparcir versos por papeles mojados en este cuarto a oscuras. Mientras que tú te dedicas a decidir cuando no y cuando sí.

Y de todas maneras volvería a esperarte hasta que saliera el sol. Tengo tanta falta de chispa en mi vida que me agarro con fuerza a cada guiño que me ofrece, pero solo espero uno, solo uno, y ese nunca llega.

Sé perfectamente que nunca cogeré el tren correcto, y que todos los demás los perderé, como hago siempre. Pero tu estación está tan lejana...que ni intentándola la veo de lejos.

miércoles, 17 de febrero de 2010

Everything I do, I do it for you

Cuando cesó todo aquel ruido que rodeaba la sala, solo quedó el silencio imperturbable que nos rodeaba a los dos. A tí y a mí. Estabas en la esquina más alejada de la barra,rodeado por tus amigos, y yo me disponía a saludarte aún sabiendo que me habías visto desde que llegué. Junté el valor que pude y fuí hacia tí, tambaleándome un poco por las dos copas de más. Me recibiste con una amplia sonrisa que me indicó que pensabas lo mismo que yo en ese mismo instante. No me dí cuenta pero ya estaba quitándote la camisa con los ojos. El humo del local y las luces de neón me impedían ver todo con demasiada claridad, pero aún así seguías estando en frente, mirándome a través de ese par de ojos, que sin duda son los más profundos en los que me haya visto reflejada nunca.

 Everything I do, I do it for you.

miércoles, 10 de febrero de 2010

Quién quiere tener suerte


Nunca he tenido suerte en la vida, la suerte es para los débiles y para los que tienen fe en el destino. Las grandes personas, esas que forjan un imperio desde una tienda de zapatos, nunca dejan nada en manos de la suerte, todo lo siembran y lo recogen ellos. Cuando algo no les ha salido bien, no se excusan diciendo: “Que mala suerte he tenido”, ellos dicen: “No lo hice bien, pero ahora sé como hacerlo”.

Si la suerte nunca me ha acompañado no es porque yo sea una de esas personas grandes de espíritu y de ambición, supongo que mi caso es una excepción. No he hecho nada por lo que debiera ser desgraciado, pero quizás tampoco he logrado nada por lo que no tuviera que serlo. Me emborracho y lloro cuando tengo depresión. Salgo todos las noches, y los domingos en vez de ir a misa me quedo durmiendo la resaca y fumando en la cama, todas las mañanas. 

A las únicas cosas que le soy fiel es a mi guitarra y a la marca del tabaco. Y a veces ya ni a eso. Paso más tiempo pensando en tu sonrisa que en como hacer yo para ser feliz.  Intento ser buena chica para poder ir al cielo, pero me he dado cuenta de que iré de cabeza al infierno, allí hay mejor ambiente, y a partir de la una es cuando se pone mejor.

martes, 26 de enero de 2010

Aprender, conseguir y lograr

Aprendí a ver bellas las noches más oscuras cuando más arreciaba la lluvia.
Conseguí mirar la línea del horizonte y dejar mi mente en blanco.
Logré quitarme la ropa y salir a la tormenta hasta calarme los huesos.
Estudié la manera de estar lo más ocupada posible haciendo cosas insustanciales para no pensar en nada.
Borré los surcos de tus manos en mi ropa y enfríe la parte que aún me ardía.
Calculé los días que me quedaban para escapar de toda esta locura.
Resté las ganas de verte a las ganas de olvidarte y me salió una cifra que me seguía delatando.
Me enseñaron a respirar profundamente llenándome el pecho de aire nuevo, que renovara mi vida.

Pero nunca aprendí a desprenderme de tu olor.
Ni conseguí rehacer las piezas del puzzle de mi vida, sin tí.
Tampoco logré deshacerme de tu sombra que se acostaba conmigo cuando me acostaba con otros.
No estudié a fondo la asignatura más importante. Vivir.
Jamás pude borrar mis vicios y cambiarlos por virtudes.
No supe calcular los efectos devastadores de mis actos.
Nunca resté lo que yo era, para quedarme en lo que tú querías que fuera.

Y es que en el fondo...nunca me enseñaron nada, o tal vez soy yo la que no quiso aprender.

viernes, 22 de enero de 2010

Sin que sirva de precedente

Sin que sirva de precedente...te necesito. Pero no como se necesitan las cosas burdas, sino como se necesita el aire que te hincha los pulmones o la misma respiración. Sin que sirva de precedente tengo que decirte que me levanto pensado si vendrás y que me acuesto maldiciéndome por la suerte de saber que no será así. Sin que sirva como aliciente te tengo que confesar que ya no soy y que ya no estoy.

Que solo existo si sé que puede haber una milésima de segundo en que mire a tus ojos, tu mires a los míos y que nos encontremos. Que mi sonrisa es poca cosa si la comparo con la tuya, que mis manos acarician el aire como si fueran contra las tuyas con las que chocaran. Que no me importa no dormir por las noches mientras que sepa que en mi desvelo te reunirás conmigo.

Sin que sirva de precedente te diré que me convierto en un ser minúsculo cuando voy siguiendo tus talones, que no me importa que en toda esta historia siempre tire yo del carro si sé que tú eres mi carga. Que al fin y al cabo...esto son solo palabras.

miércoles, 20 de enero de 2010

Es un disparate

No me digas que no podrías vivir sin mí, no me repitas que si no miramos juntos el cielo es menos azul cada día. No intentes inventar palabras nuevas para sorprenderme. No me hables de un futuro juntos, si no sé muy bien de que habla mi presente. No quiero hacerte daño, no quiero que me quieras. No quiero ser la causa de que tu sonrisa se empañe.

Aguanta el tirón, intenta comprenderme. No soy la princesita que te esperas. Lo que toco lo destruyo. Siento todo lo que te digo, pero no lo siento de corazón. No soporto que camines más rápido por la calle anhelando el momento de llegar a casa para preguntarme cuanto de feliz estoy. Estoy rota, no te puedo dar lo que no tengo. No pudo prometerte algo que por mucho que busque no encuentro. No quiero que sueñes conmigo, no soportaría causarte infelicidad.

No quiero que me quieras, ¡No puedes quererme!, soy una parcela de tierra alquilada, puedes meterte en mi cama, pero no soy tuya.

domingo, 10 de enero de 2010

Ese septiembre fue especial


Nunca te gustó mi música, ni que a mí no me gustara la tuya, pero cuando sacaba la guitarra eras el primero que en silencio disfrutaba de cada acorde que rasgaba con los ojos cerrados, concentrados solo en el olor a salitre y a nuestra ropa húmeda. Ese septiembre fue especial, como todos los demás septiembres, pero incluía un nuevo y sorpredente factor que lo hizo irrepetible, existías tú, y yo existía porque tu estabas a mi lado.

Y como las cosas que nunca nos pertenecieron, te vuelves a machar por donde viniste. Me queda decir que fué el septiembre más bonito de mi vida y que no te deseo ningún mal, que por el contrario espero que consigas abrazar toda esa felicidad que yo no te supe dar ese mes que pasamos cerca de la bahía. Eso sí, me gustaría que cuando te sientes en el espigón a escuchar las olas romper en las rocas, te acuerdes de mí, y de lo felices que fuímos un día en ese mismo lugar.

viernes, 8 de enero de 2010

La escritora de mi vida soy yo

Intentaba ser quien no era para asemejarme un poquito a quien tu querías que fuese. Pero aún así, siempre acababa saliendo la parte de mí que menos te gustaba. Estas son mis marcas, estas son mis cicatrizes, por mucho que pretendas maquillarlas van a seguir ahí. Por mucho que frotes no las vas a disolver y no se van a evaporar como la gaseosa.

Cada una de esas marcas me recuerdan cada día lo que soy, en lo que me he convertido. Poco a poco he ido configurándolas sin yo quererlo, en mi rostro y en mis brazos. Mi cuerpo es el papel, mis actos son la tinta. Creo que si me despojara de ellas, me quedaría vacía, como un libro sin nada escrito dentro. 

No quieras cambiar un ápice en mí, porque a estas alturas, resultaría imposible. La escritora de mi vida soy yo. Y tú, querido, puedes estar presente en el primer capítulo, pero te aseguro que no lo estarás en el último.

sábado, 2 de enero de 2010

Ya no huele a vainilla

Algún día de estos, aunque no sepa cuando, te darás cuenta de que ya no huele a vainilla por el pasillo de tu casa, ni a tostadas con mermelada de naranja en tu cocina. Te darás cuenta de que el tiempo pasa mucho más lento de lo que en un principio te pensantes, que diciembre se arrastra detrás de tus piernas y no te deja libarte del frío en tu sien y en tus manos. Comprenderás que los número impares nunca fueron tan bonitos como los pares, porque no tenían a su compañero para cogerlo de la mano cuando escribíamos en la escuela.

Añorarás la forma en que nos mirábamos cuando recién salidos de tu casa nos metíamos en el ascensor, y cuando te despertabas por las mañanas porque yo te estaba llamando al timbre de la puerta. Te darás cuenta de que las películas de domingo no son tan románticas sin mí, y que cuando haya alguna escena que te cause risa, no podrás buscarme con los ojos para que nos ríamos juntos.

Incluso hasta añores mi forma de caminar, mis dudas existenciales, mi mal humor, mi estar mejor, mi pelo y mi voz. Incluso hasta te des cuenta de que sí que pudo haber sido posible, después de todo.