lunes, 15 de noviembre de 2010

Creo que el día puede ser hoy

Cuando una puerta se cierra, otra se abre. Nunca lo había tenido tan claro hasta ese momento en que pegaste el portazo. Estoy recogiendo toda la ilusión que hace tiempo sembré en forma de pequeñas decepciones. La gente cambia, es cierto, pero a peor. Hoy me he dado cuenta de que nunca he estado más tranquila conmigo misma que en este preciso instante. Siento que me rodea una paz que pensaba que siempre estaría quebraba por los reproches que salían del dormitorio principal. El que fué tan mío como tuyo, y que ahora no es de nadie.

Tengo ganas de tener ganas, de rescatar la chispa de inocencia que me iluminaba los ojos cuando me contabas tus historias, pero quiero empezar otras nuevas y cerrar este capítulo que ya está tan malgastado por el tiempo.

Supongo que me siento bien, supongo que escribiendo esto lo saco de dentro y lo expulso hacia el exterior sin saber muy bien a dónde o a quién le llegará. Pero me siento bien. Me siento en paz.

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