sábado, 2 de enero de 2010

Ya no huele a vainilla

Algún día de estos, aunque no sepa cuando, te darás cuenta de que ya no huele a vainilla por el pasillo de tu casa, ni a tostadas con mermelada de naranja en tu cocina. Te darás cuenta de que el tiempo pasa mucho más lento de lo que en un principio te pensantes, que diciembre se arrastra detrás de tus piernas y no te deja libarte del frío en tu sien y en tus manos. Comprenderás que los número impares nunca fueron tan bonitos como los pares, porque no tenían a su compañero para cogerlo de la mano cuando escribíamos en la escuela.

Añorarás la forma en que nos mirábamos cuando recién salidos de tu casa nos metíamos en el ascensor, y cuando te despertabas por las mañanas porque yo te estaba llamando al timbre de la puerta. Te darás cuenta de que las películas de domingo no son tan románticas sin mí, y que cuando haya alguna escena que te cause risa, no podrás buscarme con los ojos para que nos ríamos juntos.

Incluso hasta añores mi forma de caminar, mis dudas existenciales, mi mal humor, mi estar mejor, mi pelo y mi voz. Incluso hasta te des cuenta de que sí que pudo haber sido posible, después de todo.

2 comentarios:

  1. me encanta me encanta y me encanta... me ha gustado mucho este de verdad, joder es una pasada me encanta el final:) un besito fuerte miegg!!!!!

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  2. me encanta el olor a vainilla... tu blog es tan... genial, en serio.

    te sigo!

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