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Y entonces cuando todo iba maravillosamente bien en la escena, se detiene el tiempo en un instante en el que me retuercen mil recuerdos, como si ya hubiera vivido eso antes, pero no contigo. Y ciertamente lo viví, y me asusté. Nadie podrá nunca entenderme, no pueden consolarme ni darme consejos. Hoy estoy tan llena que me da miedo quedarme vacía de pronto. Prefiero vivir siempre y lo que me quede de existencia en el punto exacto en el que me escuentro ahora mismo. Todo se descompone, se pudre, se quiebra de tanto usarlo. ¿No os dais cuenta? Vivamos deprisa, no pensemos el mañana, disfrutemos del momento, y no pongamos etiquetas a las cosas que no tienes porqué llevarlas.