domingo, 2 de octubre de 2011

Chica, tienes que cuidarte.

Ahora puedo echar la vista un poco hacia atrás, tan solo unos cuantos años, cuando me decías con voz preocupada: "Chica, tienes que cuidarte". Te ponía nervioso la manera en la que me lanzaba al vacío cuando no encontraba la esperanza que había perdido detrás de una sombra. Me decías que la vida con veinte años era muy atrevida, que parece que todas las cosas son excitantes, y sabías tan bien como yo que siempre me gustó cruzar la línea entre lo correcto y lo excesivo. Me hacías reir reprochándome que hay cosas que aunque crea que tengo que hacer, verdaderamente acabarían siendo errores grotescos y que tu estarías ahí para intentar que no tropezara con las piedras que tu ya habías probado. 

Te preocupabas por mí. Te contaba que había bebido tanto en tan poco tiempo que había llegado a perder el conocimiento, que tuve un pasado, como muchas otras personas, pero que en mi caso no era tan alentador como los de las novelas. Que desayunaba ron tirada en la cama y mirando fijamente al paquete de Lucky Strike vacío que había sobre la mesita de noche. Siempre me decías lo mismo "chica, tienes que cuidarte".

Ahora todo ha cambiado tanto que de pronto te has despegado del suelo y noto la distancia que existe entre ambos, como si la gravedad que antes nos atraía como dos polillas a la luz nos hubiera condenado a repelernos como dos polos de la misma carga. 

Yo ya he aprendido que los excesos pueden no ser divertidos, si no eres capaz de dominarlos. Pero ahora tu te has largado, inclumpiendo todos esas recomendaciones que me hacías a mí. Entiendo que quizás solo estabas protegiéndome de tí, porque yo pensaba que eras mi parte más sensata, pero sencillamente eras la droga que más me gustaba.


Continuará..


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