lunes, 18 de abril de 2011

Yo tengo muchas más razones (y un poema inspirador)

Ya sé que le gusta el color azul, que siempre ha querido visitar Berlín, que tiene una sonrisa que muchos la querríais ver en todo su esplendor. Sé también que piensas que es el la persona más interesante que has conocido en la vida, que me vas a contar a mí, que reparto mi tiempo entre sus historias y nuestros desayunos. Que crees que no vas a poder encontrar otro par de ojos tan negros, ni otras pestañas tan largas, pero yo además he visto lo que ocultan sus pupilas, le he visto reirse con los ojos, sin mover la boca, le he visto estar a punto de echarlo todo por la borda y soltar después una carcajada tirado en el sofá. Que le he visto mirar muy serio por la ventana, buscando soluciones a cosas imposibles, que frunce el ceño cuando no comprende algo, que serio es cuando más te gusta, que me vas a contar a mí.

Que dices que flotas cuando estáis juntos, que siempre tiene palabras agradables y buenas para tus oídos, que te calma el alma y te apacigua el gris de tu tristeza, ¿Quieres que te cuente? Yo he estado muchas veces entre sus brazos, le he abrazado con tantas ganas que pensaba que nos haríamos daño, me ha dado la mano porque siempre me quedaba rezagada y luego nunca la llegó a quitar, le he visto dormir con la boca abierta, y he estado riéndome de los ruidos que hacía al respirar, que he puesto el despertador y lo he ido retrasando cinco minutos durante casi dos horas. Que teníamos frío y nos abrazábamos debajo de las mantas, que tienes una machita que nadie sabe que existe. Que una noche estaba tiritando y se apretaba fuerte para pasarme algo de calor. 

Cuentas que ha aparecido en el mejor momento, que como se aparta el pelo de la cara, que parece que se detenga el mundo cuando pronuncia tu nombre, que no podrías negarle nada que te pidiera. Que yo he compartido mil momentos que tu ni siquiera podrías imaginarte, que he estado llorando sin que nadie me viera, me he limpiado las lágrimas y he salido del baño con pose de ganadora, que ha recorrido mi espalda con sus manos, que nunca pensé que tuviera cosquillas en los hombros, que parece que podría quedarme a vivir apoyada en su vientre, que no quiero vivir de otra manera distinta.

Que sois muy felices, que te regala flores, que mira como te saluda y te da un vuelco el corazón, que la otra noche fue tan larga que aún hueles a su colonia, que tienes muchas razones para quererle... Pero yo tengo muchas más.

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